viernes, 24 de abril de 2009

LA ROMERIA


Es curioso, las extrañas relaciones, que se establecen a veces, entre algunas personas. De pronto por esos caprichos del destino, sin saber como surge la amistad. No es fácil. Conocidos todos tenemos muchos, pero amigos?. En mi caso por lo menos, se pueden contar con los dedos de las manos.

Supongo que conocí a Emilia el día de la boda de mi hermana. Es su suegra. No recuerdo que cruzásemos ese día, más que los típicos saludos propios de una boda. Aquí mi hermana, aquí suegra. Encantada, muaks, muaks.
Quizás por eso me sorprendió que mi hermana siempre me comentase que cuando hablaba con su suegra, siempre le preguntaba por mi. Que le había caído muy bien …. que era muy simpática …

A pasado mucho tiempo, y no soy capaz de recordar con exactitud ….pero supongo que fue con el nacimiento de mi querida sobrina, Andrea, que nos volvimos a ver.
A parir de ese momento nos vimos con una cierta asiduidad, cumpleaños … y poco más.
Unas Navidades Emilia le sugirió a mi hermana la posibilidad de pasar la noche vieja juntos. Yo acepte encantada. Lo cierto es que a pesar de las pocas veces que nos habíamos visto a mi ella también me caía de p.m.

Se había construido una casa preciosa en su pueblo, había sitio para todos. Hable con mi cuñado. Éramos cuatro, dos perras ….- Mi madre esta encantada de que vayáis!
Emilia en una mujer cercana, tolerante, con una paciencia infinita. Limpia, trabajadora, siempre con una palabra amable. De esas personas que hacen lo imposible, para que te sientas en tu casa ….

Insistió hasta la saciedad, para que nos fuésemos por ahí, de marcha, mientras ella se hacia cargo de los tres niños. Los dos míos y mi sobrina. Más mis dos perras, y Napo, el otro hijito de mi querida Peluda.
Como es de suponer, volvimos a las tantas, se puede decir que era de día. Ella tiene otro hijo que vive en el pueblo, y en todas las discotecas nos invitaban … es un pueblo pequeño, donde se conoce todo el mundo.

Cuando volvimos a casa, ya tenia dispuestos los desayunos de los niños, la casa recogida..los comederos de los perros con su pienso … sus cacharros llenos de agua fresca. .. Y nosotros con una resaca, de padre y muy señor mío
Yo, dentro de lo que cabía era consciente, que mis hijos no eran nada suyo, ni tenia porque ocuparse de mis perras.. Pero Emilia es así. Nos mando a la cama, y se hizo cargo de todo! Niños, perros, comida.

Yo no estaba acostumbrada a que nadie me liberase ni por un solo segundo de mis responsabilidades como madre …. Tenia entonces veintisiete años, dos hijos, al mayor lo tuve con veinte, y venia de una dictadura matriarcal, donde las chicas teníamos que estar a las diez en casa.
Quizás por eso, o a pesar de eso, aquella Noche Vieja fue tan especial, para mi. Y Emilia paso a formar parte de mi existencia, como una más. No es perfecta, quien lo somos???- Pero para mi, se convirtió en una especie de madre-suegra-amiga-hermana-cómplice- una persona muy especial.

Para mi, que una mujer de su edad, entendiese que con veintiséis años alguna vez necesitas liberarte de tus responsabilidades …. que no solo no nos reprochase en ningún momento la noche que habíamos pasado de farra, sino que encima, nos hizo calditos, aspirinas …. mimitos y contemplaciones de todo tipo ….

En uno de esos cumpleaños, creo que fue de mi sobrino, nacido años más tarde, David, se llama la joyita.. Emilia, me comento que pertenecía a una cofradía de romeros, devotos de la Virgen del Rocio, Un par de veces por semana bailaban sevillanas, tenían un taller de costura, donde aprendían a confeccionarse trajes de faralaes., un coro rociero … Una paellada a mediados de marzo. Y su viaje soñado. La romería al Rocio Chico!
Este año, tienes que venir conmigo!- Me dijo Emilia.

Sus deseos eran ordenes para mi. Y mis deseos de romper con la rutina, trabajo, casa, hijos, trabajo … Llevaba más de seis años separada, y en ese tiempo jamás me había permitido un respiro!

Se puede decir que trabajaba de noche y de día, no solo había que comer. Cuando pides un préstamo, literalmente te casas con el banco. Hay un “chaval”.al que me encantaría conocer, que se puede decir, prácticamente me llamaba todos los días. No solo era la hipoteca del piso. Estaba el préstamo que les pedí para poder comprar la licencia del taxi … el coche …mi skodita, El más barato que encontré, en ese momento.
Pero es mi coche, aún lo tengo. El me lleva
y me trae. Nunca pone pegas, no me lleva la contraria, no me pone los cuernos. Es mi amigo más fiel!
Me hice todas las componendas humanas y divinas. Pero sobre todo económicas. Y le dije a Emilia, que me iría con ella a la Romería.
Me apetecía un montón, necesitaba recargar la “pilas”, y Emilia, para mi, era más que una segunda madre!

Que cierto es ese refrán que dice- A donde vas??? Y tu le respondes todo contento.._ a la feria!
Y a la vuelta te preguntan …-De donde vienes? … Y echo polvo, contestas …-De la feria!
La Romería salía de Alcorcón a las doce de la noche de un Sábado.
Salí temprano a trabajar, sobre las nueve de la mañana, con la idea de estar apatrullando la ciudad, hasta las diez de la noche.
Se puede decir que el último pasajero de ese día, casi me dejó encarrilada. Apague el taxímetro, y me dispuse a vivir un día diferente.

Cuando llegue a casa de Emilia, ya tenia todo dispuesto. Varias bolsas de deporte invadían la entrada. Me duche, pique algo, y nos dispusimos a pasarlo bien.
A las doce menos cuarto llegábamos al lugar donde esperaban el resto de sus amigos. Me los presento a todos. La alegría y el buen rollo reinaban por “doquier“ ……
El único problema que yo tenia, era tirarme nueve horas metida en un autocar, sin poder fumarme un cigarro.

Pero yo soy una chica lista y lo tenia todo planeado. En casa de Emilia me tome una pastilla para dormir.( Una Dormidina azul). Mentalmente eche cuentas, mientras nos acomodábamos, unas cosas y otras me aria efecto la pastilla.
Cuando el conductor acomodo los achiperres” de todos los pasajeros, iniciamos la andadura.
La mayoría habían dormido sus buenas siestas, menos yo. En seguida empezaron los cánticos, los minis de cubatas que corrían de mano en mano. Mientras que yo solo pensaba en las horas me faltaban hasta que pudiese fumarme un cigarro.

Llevábamos más de una hora de camino, y lejos de adormecerme, cada vez estaba más histérica!
Total que decidí tomarme otra pastilla, y al rato otra ….
A las nueve de la mañana el autocar se detenía en una enorme explanada! Había cientos de autocares, tal vez miles y muchísima gente!.
Mis compañeros de viaje, enseguida abandonaron sus asientos, y Emilia, me miraba impaciente!
Yo no podía con mi alma. Soy fuerte, marchosa, enrollada, pero cuando el cuerpo dice que no da más de si ….
Le pedí al conductor si me podía quedar a dormir un ratito, pues estaba echa polvo. - No hay ningún problema, y para más “inrr” sacó del maletero una almohada una mantita
Supongo que entre el silencio, las trece horas de trabajo, las nueve horas de viaje y las tres pastillas, me quedé dormida enseguida!

No tengo conciencia real de lo que paso durante ese tiempo. Solo recuerdo vagamente que alguien en algun momento me zarandeaba.
De pronto me desperté, me dolía todo el cuerpo, y lo primero que me sorprendió es que era de noche.

Oí voces alrededor del autocar y me incorpore como pude …. A mi alrededor todo eran risas. Estaban metiendo sus pertenencias en el maletero, y en ese momento fui consciente de que me había pasado el día durmiendo.
La pobre Emilia cuando subió al autocar encima se disculpaba conmigo. -He intentado despertarte, pero no había forma …
 
Al poco emprendimos camino de vuelta. Todos ellos estaban agotados, de cantar y bailar, y yo más fresca que una lechuga. Tras varios intentos frustrados de entablar conversación con Emilia, (se dormía), me dio por ponerme a cantar.
Empecé por la Zarzamora, mi tema favorito es según que ocasiones, ni caso, nadie me seguía … seguí con las típicas canciones escolares … Para ser conductor de primeraaaaaaaaa-- aceleraaa, aceleraa….
Pero no había manera. Ellos estaban agotados y yo con ganas de marchita. Silbaban, me decían que me callara … pero que va!…
Al cabo de un rato llegamos un acuerdo, ellos me dejaban fumar, y yo no cantaba más y les dejaba dormir.
Nadie protesto, todos estuvieron de acuerdo …


Lo mejor fue al día siguiente, cuando me llamo mi hermana, y me pregunto, que tal me lo había pasado con su suegra en la Romería!!
 
 
 
 
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